Fuente: Módulo 16.
Evolución y sus repercusiones sociales. Revolución Darwiniana, Pp.7-14.,
recuperado de https://www.dropbox.com/s/wass552l8kptxdf/M16_U1ext.pdf?dl=0
Antes de la teoría de la evolución, el ser
humano, curioso por naturaleza, buscó diversas explicaciones a la
biodiversidad, y en este tema daremos cuenta de algunas teorías.
Los primeros registros que se tienen acerca
del interés de los seres humanos por explicar la biodiversidad nos llevan al
siglo IV antes de nuestra era (a.d.n.e.), cuando Aristóteles, uno de los
primeros naturalistas, trató de organizar toda lo que veía, tanto a los seres
vivos como a la materia inanimada. Este filósofo consideraba que el ser humano estaba
hasta arriba de su scala naturae (escala natural o cadena de los seres), sólo superado
por seres celestiales, y que de él iban descendiendo en orden de inferioridad el
resto de los animales, las plantas y al final los minerales. También
consideraba que los seres vivos eran inmutables, es decir, que no cambiaban en
el tiempo (lo que se conoce como fijismo), idea que prevaleció hasta el siglo
XV.
A raíz de la comprobación y descripción de
nuevas especies encontradas, gracias a
las exploraciones marinas, los naturistas de la época del siglo XVI conformaron
una nueva área de conocimiento: la biogeografía, cuyo fin era estudiar la distribución
de los seres vivos.
Las observaciones y las descripciones
aportaron información a los naturalistas quienes encontraron semejanzas entre
las especies de continentes separados y se hicieron la gran pregunta “¿A qué se
debe esta semejanza?”
En el siglo XVII había naturalistas que hacían
estudios de anatomía comparada, cuya finalidad era describir las diferencias y
semejanzas de los planes corporales de los seres vivos. Para ese entonces la
pregunta que guiaba a los científicos naturalistas era “¿Por qué organismos tan
diferentes entre sí tienen estructuras muy similares?”. Para resolverla, y a
partir de la semejanza de las estructuras corporales, de seres vivos que no
siempre convivían al mismo tiempo que los científicos, fue que hacia finales del
siglo XVII una nueva área de estudio entró en escena a enriquecer la historia
de los seres vivos: la paleontología, dedicada al estudio de los fósiles.
El estudio de fósiles, más la información
proporcionada por la anatomía comparada
y la naciente ciencia de la geología, permitió establecer que la presencia de organismos
en las capas más profundas de la Tierra se debía a su antigüedad y que los
organismos encontrados en la superficie eran más recientes. Sin embargo, también
muchos estudiosos notaron grandes semejanzas entre organismos de las capas más
antiguas con los de las más recientes (se empezó a proyectar una cronología
entre las capas de tierra).
(1817)
George Cuvier publicó las grandes semejanzas que
existían entre esqueletos de elefantes recientes con fósiles de mamut y mastodontes.
En sus investigaciones concluyó que los
elefantes de la India y los de África eran especies diferentes; además los
mamuts y los mastodontes se diferenciaban de ambos y posiblemente ya estaban extintos.
Estos trabajos lograron que la comunidad
científica aceptara las pruebas de la extinción de las especies como un hecho.
Cuvier trató de explicar la sucesión de fósiles en las columnas
estratigráficas mediante su teoría del
catastrofismo, en la que proponía que las especies fósiles se habían
extinguido debido a diferentes catástrofes. Esto implicaba que en ciertas eras existieron especies que se extinguieron y
luego fueron sustituidas por los individuos sobrevivientes. En ningún
momento consideró que el cambio en las especies fuera gradual, del mismo modo
que los que creían en los presupuestos fijistas. En la época de Cuvier se creía
que los seres vivos habían sido creados, tal como eran y sin cambio en el
tiempo, por una presencia divina y creadora. La teoría de Cuvier no se oponía a
concepción de los seres vivos por lo que su teoría catastrofista fue aceptada
por la comunidad científica.
Otros
científicos de la época rechazaron la teoría de Cuvier y abogaron por el cambio
gradual de las especies. Estos científicos se apoyaron en la estratigrafía, la
geología y en el registro fósil para contra argumentar.
Charles Lyell (1784-1845) considerado
como el fundador de la geología, supuso
que las mismas fuerzas terrestres, como el vulcanismo, los terremotos y la
sedimentación fueron los responsables de los cambios en la morfología de la Tierra
y no las grandes catástrofes. Para Lyell, la falta de evidencias que
indicaran un cambio gradual de los seres vivos era un problema del registro
fósil, pues algunas especies eran más susceptibles a fosilizarse que otras, y
no a la sucesión de especies debido a grandes catástrofes. Estas ideas fueron
fundamentales para estructurar la teoría de la evolución propuesta por Charles
Darwin.
Carl von Linneo (1707-1778)
afirmaba que era posible crear un
sistema natural de clasificación a partir de la creación divina, original e
inmutable, de todas las especies. Demostró la reproducción sexual de las
plantas y dio su nombre actual a las partes de la flor. Utilizo la nomenclatura
binómica para nombrar a las plantas y utilizando un nombre para el género y
otro para la especie. A diferencia del sistema empleado con las plantas, su
clasificación de los animales recurre a una variedad de características que
incluyen observaciones de su anatomía interna.
Organizó y transformó los antiguos métodos de
clasificación de una forma coherente y sencilla, asignando una denominación
binomial para cada especie. Su teoría ha sido asumida internacionalmente como
el sistema científico de clasificación de los seres vivos, válido hasta el presente. Fuente: http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=linneo-carl-von
Jean Baptiste Lamarck (1744-1829) fue el primer naturalista en proponer un mecanismo que explicara
cómo y por qué los seres vivos se adaptaban al ambiente cambiante.
Lamarck propuso que la gran variedad de organismos
habían evolucionado desde formas simples debido a su capacidad de adaptación a
un ambiente cambiante, pues las alteraciones ambientales generaban nuevas necesidades
en los organismos. Estas alteraciones propiciarían una o varias modificaciones
que serían heredables.
Lamarck
concentró sus conclusiones en dos leyes:
En la primera
ley, llamada de uso y desuso, Lamarck expone que el uso frecuente de un órgano
se desarrollará más, mientras que uno que no se usa, se atrofiará.
En la segunda
ley expone que el cambio de los órganos está en función de las condiciones a
las que el organismo está expuesto. Además, que para que perduren, dichas
modificaciones deben ocurrir en ambos progenitores, así como que la
descendencia los mantenga y los herede.
En ambas leyes
se infiere que cada generación estará mejor adaptada que la anterior.
Para Lamarck las
especies evolucionaban desde formas simples hasta más complejas, y consideraba
al ser humano el punto máximo de la evolución.
Malthus (1766-1834)
Su gran aportación a la Economía de su época
fue el libro Ensayo sobre el principio de la población publicado en 1798.
Malthus tenía la
idea de que la miseria, la pobreza y la desigualdad económica de la clase
trabajadora, en un entorno capitalista, era una consecuencia del crecimiento de
la población y la escasez de recursos. Esta idea de que la población crece más que
los recursos fue fundamental para que Darwin desarrollara su teoría de la evolución.
Charles Darwin (1809-1892)
Hacia 1831
todavía existía una gran confusión acerca de la razón de la diversidad de las
especies vivas y cómo cambian. En ese año Darwin se embarcó en un viaje alrededor
del mundo, cuya misión era hacer estudios topográficos de las costas del Pacífico
sur, entre otros encargos.
Debido a que era
un estudio geológico, Darwin se llevó al viaje el libro Principios de Geología
de Charles Lyell con el que estaba de acuerdo, a pesar de que la teoría del
uniformismo (de Lyell) no era bien aceptada por la comunidad científica, pues
en ella expresaba que los procesos de erosión, el vulcanismo y la erosión
cambiaban el paisaje, pero en lapsos de millones de años, cuando la edad de la
Tierra aceptada era de 6000 años.
Al regresar a
Inglaterra, en 1836, cuando Darwin revisaba sus notas, leyó un artículo publicado
por Thomas Malthus, de quien ya hablamos anteriormente. Recordarás que Malthus
propuso la idea de que si la población crece más que los recursos, se
enfrentaría a un periodo de escases y posteriormente morirían. Darwin asoció esta
idea con lo que observó en su viaje: si cada población tiene la capacidad de producir
cientos de individuos, y éstos a su vez de producir más individuos, llegaría un
momento en el que el espacio y los recursos serían insuficientes, pero para él había
algo que regulaba las poblaciones de las especies. Al comparar y notar las variaciones
entre individuos de la misma especies, como tamaño y color, atribuyó a estos
rasgos su capacidad de sobrevivencia.
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